Con la llegada del verano, se vuelve a abrir el melón ¿estamos ante un SDDR «light» camuflado?

Las redes sociales, que hacía tiempo no prestaban demasiada atención al SDDR – que no es mi caso, ya que acabo de publicar un artículo muy bien recibido sobre los problemas de salud pública que la existencia de tal sistema generaría en una situación de crisis sanitaria como la actual*- se están animando, con la aparición y promoción de un nuevo sistema, el SDR, que, cuando menos, debemos convenir que tiene un título nada imaginativo, que más bien parece orientado a confundir al personal.

El SDDR es un sistema inútil para resolver el problema de los residuos de envases, incluyendo los plásticos de un solo uso, especialmente los menos reciclables que nunca entrarán en un SDDR, que no son precisamente los envases de bebidas, a su vez ya los más reciclados, buscados por los promotores y vendedores del SDDR por ser los más limpios y valiosos.

En cualquiera de sus formas el SDDR es infinitamente más caro para la sociedad e infinitamente más incómodo para el consumidor. Recordado lo anterior, para que mis escasos lectores no piensen que mi salud mental flojea, nos encontramos ahora, en España y un puñado de países, de nuevo ante la posibilidad cada vez más certera de que se introduzcan SDDR.

Diez años más tarde de empezar su promoción, parece que fue ayer, la contumacia de los promotores y vendedores y la carencia de criterio -excuso hablar de pensamiento crítico- de algunas autoridades, la evidencia para algunos de que el SDDR es una oportunidad de negocio, y desafortunadamente para otros que deberían rechazarlo de que, marketinianamente hablando, podría ser una gran idea, tenemos que reconocer que el SDDR es una gran oportunidad. Tanto es así, que en estos momentos se manejan incluso hipótesis sobre la conveniencia del SDDR como mal menor, por ejemplo, para evitar determinados impuestos medioambientales. Si el mal de muchos es consuelo, lo mismo está pasando en Francia, Portugal o Reino Unido, entre otros mercados próximos.

Y por último, y en contra de lo que se ha venido manteniendo hasta hora por algunas organizaciones, hasta se piensa en que determinados sistemas de incentivo es decir, que premian al que recicla, por entendernos, pueden ser caminos para alcanzar la ansiadas tasas de reciclado que se manejan en las últimas directivas, sobre envases y en particular plásticos de un sólo uso. Es lo que algunos twitteros verdes han empezado a criticar severamente al hablar de SDR = SDDR light.

Posiblemente no todo el mundo esté de acuerdo, pero para mí los sistemas de incentivo no funcionan. No han funcionado nunca, ni tampoco cuando se han empleado como subterfugio para introducir los SDDR. El premio por reciclar nunca puede ser suficiente para incentivar el reciclado, menos aún si es a través de un sorteo, y la experiencia muestra que todos los intentos por premiar con importes marginales la devolución de envases (envases de bebidas, claro) en determinados contenedores o artilugios, es muy interesante al principio, pero gradualmente va perdiendo interés.

Lo que sí mantiene el SDR con el SDDR es la incomodidad manifiesta para el ciudadano: hay que conservar los envases en perfecto estado para que se pueda leer bien su código de barras y por tanto darles un trato distinto al de los envases en su conjunto, en definitiva, añadir una bolsa distinta a la de envases.

Lo lamento pero tengo que volver a insistir: llevo veinticinco años aplastando mis latas y mis botellas de PET y plegando cuidadosamente los cartones de bebidas para que ocupen menos espacio en el contenedor amarillo, y nunca he visto a ninguna institución u organización promover esta medida que multiplica la eficacia de la recogida de envases usados al reducir el volumen de los que más ocupan en la bolsa amarilla.

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¿ Ahora , qué hacemos ?

Así que en las próximas semanas/meses nos espera una interesante discusión: ¿Estamos ante una nueva manera de introducir en España el SDDR? ¿ Es el modo en que sus promotores quieren celebrar diez años de intentos infructuosos de vender un sistema de mil millones de euros? ¿Influirá en la redacción de la revisión de la ley de residuos de la que hoy, 30 de junio de 2020 , finaliza el plazo de remisión de observaciones?

Veremos

*https://revistas.eleconomista.es/alimentacion/2020/mayo/sddr-un-riesgo-para-la-salud-en-tiempo-de-covid-19-FX3022869

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